miércoles, 9 de abril de 2008

Una mala crítica y recomendaciones entre paréntesis


Últimamente, el hada de las películas me deja elegir bastante a menudo y nos estamos saliendo de las películas clásicamente comerciales (vaya, iba a decir clásicas, pero no es ese el término).

La lástima es que, tras ver una buena cantidad de películas buenas (con “Pequeña Miss Sunshine”, “Kebab Connection”, “Virgen a los cuarenta”, “Napoleon Dynamite” y “The Sex Monster” a la cabeza) y alguna que otra no tan buena e incluso yo diría que mala (“Fácil”), la lista de películas que calificaré como mediocres aumenta.

Ahí es donde ubico yo a “Juno” en mi clasificación.





Por un lado, el haber oído tan buenos comentarios no siempre es un buen presagio. En muchos casos, precisamente haberlos oído hace la película peor de lo que es. Pero, en el fondo, lo que eso implica es que la película YA era mala. Una película realmente buena seguirá siéndolo por muchas expectativas que nos hagamos; sí, quizá no las alcance, pero no bajará del límite de lo que uno considera bueno o, por qué no, aceptable.

Por otro lado, a una le apetece llevar la contraria. Pero no es mi caso tratándose de la película en cuestión. La verdad es que no creo que se merezca, en absoluto, el Óscar al Mejor Guión (aunque en la farsa de los Óscar...). ¿Nadie ha pensado que Diablo Cody quiere hacer una película transgresora (que no lo es), con ese aspecto que tiene y que se vistió para la gala como si pensase que no iba a ganar? Cuando las actrices creen que van a ganar, se ponen magníficas. Pero no, ella no. También puede ser que quisiese seguir vendiendo su “producto”. Porque “Juno” me parece un producto y no “una idea muy bonita que se hace un hueco en el cine comercial” (esto no lo he leído en ningún sitio, ni como alabanza ni como crítica; simplemente, es lo que creo que pretendían vender con esta peli). Lo que sí he leído por ahí es que se apostaba mucho por esta película en los Óscar y que “sin embargo” (injustamente, diría yo), “sólo” (les sobra...) le han dado un Óscar.

Lo que no puedo perdonar es que por ahí se compare “Juno” con “Pequeña Miss Sunshine”. El parecido no va más allá de la estatuilla y de la cinta que Bleeker (Michael Cera en “Juno”) y Olive (Abigail Breslin en “Pequeña Miss Sunshine”) llevaban en la cabeza durante sus respectivas películas.

¿¿¿Y por qué nominaron a Abigail Breslin como actriz secundaria y no protagonista???
¡¡Viva Alan Arkin y viva Steve Carrell!!


A lo que iba, que empiezo a desvariar... Bien: voy a empezar a hablar de la película, sin ningún tipo de piedad ni hacia los personajes ni hacia el argumento, que empezaré a destripar sin más (por si alguien quiere ver por sí mismo a qué viene tanto interés por esta película).

La historia es muy simple: una chica de instituto se queda embarazada y, tras darse cuenta de que no es capaz de abortar, decide dar a luz al bebé para darlo en adopción. Y lo dará en adopción a alguien que ella conozca, de modo que busca la pareja ideal en los anuncios.


Respecto a la primera idea, no parece una historia nueva. Quizá lo innovador sea lo de la adopción, pero aún así... Y, respecto a lo segundo, que habría podido ser cómico, no lo es, porque encuentra a los posibles padres, los llama, los visita y todo queda arreglado.

Fin de la historia.

Hay gente que opina que merece la pena ver la película porque, tras el giro de guión, se pone muy interesante.



Desde mi punto de vista, hay un error básico en este tipo de afirmaciones: si hay que aguantar un tostón de una hora porque la segunda mitad de la película es muy interesante (o de más de una hora, como es el caso de “Cold Mountain”), es que estamos ante una película mal hecha o ante un director que no sabía cómo rellenar el tiempo mínimo que parecen tener ahora las películas (¿por qué ese afán de hacerlas tan largas? ¿para que nos duela más el culo en la silla? ¿para que consumamos más palomitas?).

Y, después, me encuentro con otro fallo muy grave: que después del giro de guión, que durante cinco minutos te hace pensar “oh, esto es lo que estaba esperando”, ya no ocurre nada.

Juno (Ellen Page), en avanzado estado de gestación, se entera de que el padre de su hijo va a divorciarse de la madre de su hijo (o sea, hablo de los padres adoptivos). Y, cuando parecía que la asustada era Vanessa (Jennifer Garner, la madre adoptiva), puesto que anteriormente otra chica embarazada se echó atrás y decidió quedarse con el bebé, resulta que es Juno quien cree que va a tener que quedarse con el bebé. Ciertamente, el giro es impresionante. La tensión es enorme y empiezas a ver la película de otra forma.

Y, luego, se supone que otro elemento chocante de la trama es que al final de la película (ya advertí que destriparía vilmente el argumento) parece que los chicos (Juno y Bleeker) se quedarán con el bebé, pero tampoco es así. Puede que sí que esté bien hecho, pero en este punto era tal el hartazgo de la película que ni me di cuenta...
Sin duda, la protagonista de la película es Juno. Y Ellen Page estuvo nominada como Mejor Actriz...
Esta es la única película que he visto de esta chica en la que me he fijado en su interpretación (la había visto en X-Men, aunque yo no lo sabía hasta hace un momento...). Pero, sinceramente, no he visto que haya sido tan buena. No voy a decir que sea una mala actriz, pero no creo que se merezca una nominación. Tengo la impresión de que en algunos momentos sobreactúa y creo que hay otros actores en la película que lo hacen mucho mejor: por ejemplo, su mejor amiga o su madrastra. De todos modos, al resto de personajes se les da tan poco protagonismo que no se puede ni hablar de ellos. Los actores no tienen cómo lucirse...


Creo que la película presenta muy bien a los personajes, con Juno como narradora describiendo a sus amigos y familiares. Su padre, su madrastra y su mejor amiga. Sin embargo, del padre del niño (porque ni te hacen pensar que le quiera, que le guste o que sean amigos o novios...) no habla apenas.
Sorprende la planitud de los personajes. Sé que la palabra “planitud” no existe, pero creo que es lo que caracteriza a los personajes planos (sin relieve, simples, esquemáticos...). Esto podría no ser tan grave en el caso del padre, la madrastra, la amiga o los padres adoptivos. Pero me parece que clama al cielo el tema de Bleeker.

Desde que comienza la película, Juno le dice a Bleeker que ha decidido abortar y él dice que lo que ella decida estará bien. De ahí hasta el día en que ella tiene la barriga como una pelota de baloncesto y todo el mundo la mira mal en el instituto, prácticamente no tienen ni un solo diálogo más. Después hablan un par de veces sobre el baile de fin de curso y cosas así, hasta que ella le dice que le quiere y le besa (sospechosamente, después de enterarse de que los padres adoptivos se divorcian).

Todos los cambios en los caracteres de los personajes dependen de las circunstancias externas (como el divorcio – lo siento por mencionar siempre lo mismo, pero es que en la película no pasa nada más), casi diríamos que dependen de si llueve o hace sol...

Nos presentan a los personajes y ahí los dejan plantados y “aplanados”. No cambian su forma de pensar, de actuar, no interaccionan apenas unos con otros...


Aparte del “supuesto” cambio de Juno cuando cree que se queda al bebé (y se da cuenta de que está enamorada), está el del padre adoptivo, músico fracasado y marido encadenado que en una sola escena pasa de tontaina a vivalavida.

Lo único destacable de todo esto es el personaje de Vanessa, la madre adoptiva. El personaje no es nada fuera de lo común, pero creo que la mejor interpretación de toda la película es la de Jennifer Garner (una actriz que, por otro lado, no es santo de mi devoción pero que aquí lo hace realmente bien).

Esto es todo sobre el carácter de los personajes.


Bien por Olive, el abuelo, el tío, el padre, la madre y el hermano.

¿Por qué, a pesar de todo, la película no es intragable?
Bueno, supongo que es ese arrullo cálido e inocente de la banda sonora sumado a los paisajes y las secuencias en las que aparece un grupito de chicos corriendo.
Es como una rima que se repite en el último verso de cada estrofa de un poema: hay una constante que hace la película agradable a la vista y al oído.

Sin embargo, lo único que yo veo en este paisaje semi rural, con adosados y jardincitos sin vallar es el paisaje de Stars Hollow. Stars Hollow es el pueblecito en el que se sitúa la serie “Las chicas Gilmore”, una serie sin pretensiones, mona y suave, que es aborrecida por bastante gente. A mí, sin embargo, me gusta. Y quizá sea eso lo que a mí me hace ver “Juno” como un paisaje agradable en el que pasean una serie de personajes (entre ellos, no me extrañaría ver al bardo que aparece tocando en las calles de Stars Hollows, tal es el parecido que encuentro...). También sea eso lo que a mi queridísimo le hizo revolverse en el sofá al poco de empezar la película.


Juno, paseando por su Stars Hollows sin nombre, coleta a la derecha, coleta a la izquierda con cada uno de sus pasos. A lo Rory Gilmore. Y el rollito “garrafa de Sunny D” en ristre... Algunos se quejaban de ver tanto Pascual, Flora, etc. en “Médico de Familia”, pero aquí tampoco se cortaron nada con Sunny y Coca Cola (aparte de una bebida azul que yo creo que en España no se bebe).

Hay cierto lejano (y tan lejano, lo sé, es p’a matarme…) parecido entre Ellen Page y Alexis Bledel (Rory Gilmore): esa naricilla pequeña y respingona y la frente despejada.
Pero no es sólo eso. Es que hay un parecido casi sospechoso entre Juno y Rory. Esa temática mística, la forma de hablar enrevesada poco propia de los adolescentes... La verdad es que Juno es un poco malhablada para lo que Rory acostumbra, y si eso la hace a la una insolente y cínica la hace a la otra pedante e ingenua. La verdad, me quedo con Rory. La forma de hablar de Juno (“inteligente para su edad”, “rara”, según dicen en la película – creo que no debería definirse a un personaje por lo que otros dicen de él, pero bueno...) es insoportable. Por un lado, “cierra el puñetero pico” (de verdad, ¿por qué traducciones tan literales? ¿aquí alguien dice “puñetero”?) y, por otro, “¿pero qué dices, tío? ¡eso es que no has escuchado a xxx!” (tradúzcase xxx por “un grupo super antiguo y raro que pocos de los que ven la peli conocen).


Si las retahílas de Rory a su novio de instituto (el malotillo de turno con chupa de cuero, pero también muy culto) sobre literatura quedan fuera de lugar, pues estas otras charlas entre Juno y el padre adoptivo no digamos. Más: Rory lleva siempre un libro en el bolso (aunque vaya a una fiesta de clase y vestida de punta en blanco) y Juno siempre lleva varios CDs.

Otra conexión con “Juno” y “Las chicas Gilmore” es el personaje de Lane (Keiko Agena). La amiga coreana de Rory se nos presenta, cual aparición casi milagrosa, a la puerta de la clínica a la que Juno va a abortar, sólo que se llama Su-Chin (Valerie Tien). ¿Quién es esa chica de rasgos asiáticos que se manifiesta allí con su pancarta? Aparte, lógicamente, del parecido físico (por la caracterización), la forma de hablar un poco ñoña y la forma de subirse las gafas de pasta de la chica la hacen parecerse mucho a Lane. A eso le sumo la forma en que Lane habla y habla de CDs, grupos antiguos, épocas pasadas...

He leído en otros blogs hablar de “la freak sabelotodo”. Efectivamente, eso pensé de Juno.
¿Acaso es original que la chica aparezca hablando de sus cosas con una pipa en la boca o con unas gafas años 60? También Rory y Lane se ponen de todo cuando hacen fiestas de pijamas y Rory y su madre toman café cuando comen hamburguesas.

Si no me gustó “Juno” es porque, aparte de no contar prácticamente nada, no veo la gran originalidad que otros han visto.


En serio: hay que ver (o volver a ver) “Pequeña Miss Sunshine”.
Eso sí que es un guión original y esos sí que son unos actorazos.