martes, 26 de mayo de 2009

Preciosa Rosa

La bella durmiente podría ser una película de Disney.
Podría ser la historia protagonizada por la princesa Aurora y el príncipe Felipe. Una película de 1959. Sin embargo, no me gustó esa película. Los primeros recuerdos que tengo de las películas de Disney son:
- De cómo me asusté tremendamente al ver la historia del pobrecito Bambi.
- De cómo, durante un cumpleaños, no dejaba de desear que los niños encendiesen la luz y dejasen de mirar embobados la tele, pues me aburría soberanamente esa bella durmiente...

Como la mayoría de los cuentos, éstos vienen de una tradición popular. Se recogen en diferentes compilaciones, son escritos y reescritos por distintos escritores y en distintos países. Y al final se plasman en una película de Disney que edulcora la historia para que los niños no lloren desesperados...

Por lo que he leído en la red, desde el relato de
Giambattista Basile (en el que se habla desde violación hasta de matar y devorar niños, al más puro estilo de los dioses griegos) hasta el “¿eres el príncipe azul que yo soñé?” hay muchos pasos.

Y tanto Perrault como los hermanos Grimm aportarían su granito de arena a la historia de este cuento.

Creo que
el relato de Perrault es digno de mención. Porque la princesa Aurora se encuentra con una suegra como la de los chistes, mala mala de verdad.
(suegra): “Mañana para la cena quiero comerme a la pequeña Aurora.”
(mayordomo): “¡Ay, señora!
(suegra): “¡Lo quiero! Y deseo comérmela con salsa, Roberto.”

La historia de los Grimm es bastante más sencilla y se parece mucho más a la historia de Disney. El príncipe besa a la princesa, la princesa se despierta y se casan.

Bueno, con los años, igual que al resto del público (cuando se estrenó “La bella durmiente” apenas si recaudó la mitad de lo invertido en el proyecto), le he encontrado a la película su atractivo.
El diseño de Maléfica y del dragón, así como el castillo escondido entre los enmarañados y espinosos rosales, me parecen de una belleza que he visto pocas veces en las películas de animación de Disney. También tienen su importancia por lo sugerente de las escenas: el caballo del príncipe Felipe encabritado ante las ramas de los rosales y un olor a rosas que parece olerse de verdad... Bonito y peligroso.

Y, si a uno le gusta la historia de la bella durmiente, ¿por qué no darse una vuelta por el Museo del Prado de Madrid?
Hace ya unos meses que el Museo del Prado puso en marcha una iniciativa para repartir el flujo de visitantes. Como las visitas gratuitas eran los domingos, estos días había unas colas tremendas para entrar. Las sigue habiendo los fines de semana y en horas punta, pero al menos los que vivimos aquí cerquita tenemos una alternativa: ir cualquier día (excepto los lunes, que está cerrado) a partir de las 18.00hrs. No se cobra entrada ni para la exposición general ni las temporales (aunque algunas exposiciones temporales son de pago obligatorio siempre).

Ahora mismo se puede ver en el museo la exposición que han llamado “
La bella durmiente. Pintura victoriana en el Museo del Arte de Ponce”. No es tanto por el parecido con el cuento sino por la cantidad de personas durmiendo que aparecen en los cuadros elegidos.
Realmente, se trata de una exposición sobre obras pictóricas del siglo XIX traídas del Museo de Arte de Ponce de Puerto Rico, que actualmente está cerrado por renovación. Dichas obras pertenecen al movimiento conocido como
prerrafaelita. La verdad es que yo no entiendo demasiado de arte, así que prefiero no dar demasiadas explicaciones y meter la pata.

Una de las obras más importantes que recoge la exposición es “El sueño del Rey Arturo en Avalón”, de
Edward Coley Burne-Jones.
Sin embargo, prefiero su “Serie del Rosal Silvestre”, que también está ahora mismo en el Prado. Mi pintura preferida es, sin duda “El príncipe entra en el bosque”. Esta es la única pintura que hace una alusión real a la historia de la bella durmiente.

Otra obra impresionante es “Léhon desde Mont Parnasse”, de Thomas Seddon. Me gustó especialmente el reflejo de la luz en el mar. Y esa veracidad que vi en el cuadro no se ve ni en las postales, ni en los libros ni en la web o los anuncios del museo. Parece que realmente nos asomemos al mar en una tarde de verano dentro de la sala 16B del Edificio Villanueva.

La exposición acababa el día 31. Hay que aprovechar ahora que la han prorrogado hasta el 21 de junio.



La opinión de Antonio Rodríguez Almodóvar (autor dirigido especialmente al público infantil y juvenil) sobre varias publicaciones de la bella durmiente:
Precisamente la versión más ligera que hicieron los hermanos Grimm de esta tremenda historia es la que publica Anaya, pero reforzada en sus profundidades -de todos modos llenas de misterios- por las excelentes ilustraciones de Ana Juan, uno de los más firmes valores de la ilustración actual española. Ni que decir tiene que sirve como iniciación a esta historia para los más pequeños, pero que luego deberán abordar el relato completo tal como la escribiera Perrault. Y porque son prácticamente inasequibles las versiones más antiguas del italiano Basile, o recogidas de la tradición medieval en Cataluña, bastante más descarnadas todavía."

1 comentario:

Osata dijo...

NOTA: se me había olvidado el coñ@z* que es insertar código html en los comentarios de Blogger… la próxima vez va a poner links su fuck¡ng moth€r en b*las… que cansinamiento.Hola señorita Pipu,

Respecto a la reproducción de la historia original, recuerdo que un día en casa de mis padres, allá por la época en la que aún tenía flequillo y coleta, Alva, Mou y yo (alucina vecina) vimos una película que, ahora que me fijo, estaba recientemente estrenada (aunque probablemente sería porque era "directamente en tu videoclub").

La peli, ”Blancanieves: un cuento de terror”, la coprotagonizaba Sigourney Weaver (que sabes que me encanta) y apuntaba más a “dar miedo” que a “pajaritos, flores y mariposas”.

Recuerdo que, como era muy tarde, y había sido noche de juerga, estábamos todos un poco lerdos y, en alguna ocasión, hasta nos dio yuyu. Para rematar la faena salía Sam Neil que, cuando le da la vena “oscura” le da pero bien (aún le recuerdo en ”Horizonte Final” pero, sobretodo, en ”En la boca del miedo” ¡qué buena!).

Paradójicamente lo que menos tengo en mente era la actuación de la actriz principal, ”Monica Keena”, que, mira tú por donde, aquí en el curro saben quien es… pero no precisamente por sus interpretaciones…

En fin, película curiosa que creo viene acorde a tu entrada, señora redactora.

Un besazo, te veo luego en el nido.