martes, 14 de julio de 2009

Animales boquiabiertos en Tallin

Aún tengo que hablar del viaje a los países bálticos (¡aunque nos dejamos Lituania por falta de tiempo!). Una fría experiencia inolvidable. Porque no sólo lo cultural, lo diferente y lo bonito de Tallin y Riga nos gustó. Aunque parezca masoquismo, también nos gustó el frío, esa experiencia del invierno más gélido de España (quizá, no lo sé, en Burgos...) en prácticamente el mes de abril. Y nos gustó superar ese frío. Sin tos, sin fiebre, sin dolor de garganta. Serán los bosques estonios.

Es verano y será por el calor que no me apetece escribir largo y tendido.
Además, el último libro que leí me decepcionó y no puedo coger con ánimos ahora la crítica. Así que toca escribir de algo más ligero y entretenido.
Y rapidito.

Cuando llegamos a Tallin, recogimos en el aeropuerto un mapa (bastante cutre) de la ciudad. Es uno de los dos únicos mapas que conseguimos entre el hotel y las oficinas de turismo. Es cierto que el casco antiguo es muy pequeño y que es difícil perderse, pero falta un plano menos esquemático y misterioso.
El caso es que, para poder correr con los gastos de un plano gratuito, hay numerosos anuncios en él. Y, entre tantos “spa” (me río, más después de haber leído un artículo sobre los “soaplands” o ソープランド, japoneses), entre tanto margen engalanado con rubias nórdicas y tetonas, había un pequeño anuncio de la Navitrolla Galerii.

Dicha galería se encuentra en la calle Pikk número 7. Muy fácil de encontrar.
Pero las dos primeras veces que fuimos estaba cerrado (una de ellas porque fue de noche cuando pasamos por allí y comprobamos dónde estaba y otra porque cuando llegamos ya era tarde y habían cerrado).
Pero tuvimos tiempo de entrar a ver la galería. Allí hay expuestos cuadros e ilustraciones para la venta. Y, si no se dispone del dinero necesario para adquirir uno (como fue mi caso), también venden camisetas (con un precio realmente bueno teniendo en cuenta lo que estamos comprando), chapas y postales.

Sobre su arte, hay quien lo considera “ligero”, “pueril” o incluso “prescindible”. Pero como él mismo dice, “el público no es estúpido”.
Una vueltecita por su galería es altamente recomendable. Hasta mi amiga, la que llevaba viviendo en Estonia meses, quedó sorprendida. Porque no sabía que en Tallin hubiese una galería así. Tiene otra galería en Tartu, pero no la conozco porque no visité esa ciudad.

Recojo de las webs (son ésta y ésta) que he visitado algunas palabras del artista, Heiki Trolla (Navitrolla no es su nombre real):

I remember from my childhood that I was always drawing something at every spare moment. That did not remain unnoticed by my friends and relatives, who suggested that I should take up art more seriously. At first I considered this to be a dangerous idea. After all, I was just a country boy and, despite my dreams, being an artist seemed too unreal and remote to me.”

I began to look for a method to differentiate between my pictures and those of other artists and to make the audience think about the greatness and opportu­nities of art. For starters, I decided to learn to draw things in the ‘wrong?? way. The world is full of artists who can photograph with their brushes but for me, those pictures seemed empty like amateur photos of some family event. That was just boring. One day, when I was hanging out at a place of somebody I knew, I happened to take a look at some erotic magazines left on the table. And suddenly I discovered that 99% of the models had their mouths open in the photos. I thought that this was not just another insignificant fact and began to look at the pictures more carefully. Half an hour later I decided that I should depict only open-mouthed dogs on my pictures. For me, dogs seemed to be much more appropriate characters than women because almost everybody likes dogs and, then, nobody could accuse me of political incorrectness, antifeminism or some other nonsense of that kind. I was convinced that my art should not shock anybody, as at that moment, all kinds of shock arts were very fashionable in Estonia.”

La verdad es que un artista como éste no podía dibujar de otra forma:
I also have three piranhas. They are called Kurt, Joackim and Herbert.
No me dejaron llamar a ninguno de mis gatos Otto o Dimitri. Probablemente Navitrolla me habría comprendido.