lunes, 7 de junio de 2010

Creación de una Blythe mulata

Si hay entre las Blythe customizadas algún tipo al que pueda calificar de "favorito", ese es el de las Blythe negras y mulatas.
Y, como ya comenté anteriormente, no podía quedarme sin tener una e intentar hacerla yo misma.

En este caso lo que hice fue comprar una Blythe ADG (Ashton Drake Galleries), que son las primas americanas de las Takara japonesas. Ahora que he tenido una en mis manos, he constatado las mil diferencias que hay entre unas y otras (aunque comparo, por supuesto, el modelo ADG con el modelo RBL de Takara - y Takara tiene otros tipos de moldes para sus muñecas).
Las ADG se pueden comprar por unos 60€ en e-bay y fue básicamente por esto que me decidí a comprar una. Elegí la Pow Wow Poncho, una muñeca rubia vestida como los nativos americanos: un poncho y unas botitas de "ante" marrón y un mono blanco debajo. Puesto que mi idea era modificar totalmente la muñeca, la elegí, dentro de las ADG, por su atuendo (es el poncho de flecos que lleva mi muñeca Geraldine al final del tutorial en el que explicaba cómo modificar una RBL Takara Cappuccino Chat). Poco queda ya de esa melena rubia y de esa nariz respingona.

La primera diferencia (¡crucial!) que nos encontramos al intentar abrir la ADG fue que la cabeza, en lugar de tres piezas básicas, sólo tenía dos.
Recordando la forma de abrir la cabecita de una Blythe, lo que hay que hacer en primer lugar es desatornillar los tornillos que tienen en la parte posterior de la cabeza. Después, metiendo un objeto con punta (una aguja de ganchillo puede ser lo ideal) en el agujero del que sale el hilo para cambiar los ojos, se saca de su sitio el muelle que tiene dentro para hacer que, al cambiar los ojos de color, la subida de párpados sea automática. En el caso de la RBL, ya se podía presionar la cabeza por la mitad (más o menos a la altura de las orejas) y las dos piezas se separaban. En este caso no fue así... La ADG tiene la cabeza totalmente dividida en dos y la parte superior de cada mitad está unida al "cuero cabelludo" ("scalp", que es como lo llaman en todas partes, suena mucho mejor...). Así que no se pueden separar sin romper el scalp. Por ello cortamos con un cutter toda la base del scalp, para separarla de esas dos mitades y después, al tirar, pudimos comprobar que el scalp estaba totalmente pegado, pero a base de bien.
Así que la segunda diferencia, aparte de las piezas que forman la cabeza, es la cantidad ingente de pegamento que llevan las ADG.
Una vez separado el scalp, me di cuenta de que no podría reutilizarlo ni cortando el pelo rubio porque se podría romper en cualquier momento, así que compré uno a través de la web de Cool Cat.

Después empecé con el trabajo de los ojos. Yo me dediqué a las pestañas y mi chico a los ojos (eyechips), y la verdad es que no sé quién se llevó la peor parte... En este caso, también encontramos cantidades ingentes de pegamento al enfrentarnos a nuestra tarea. Tuvimos que ayudarnos del agua caliente para reblandecerlo, pero aún así no fue todo lo efectivo que necesitábamos.

Después de haber quitado todos los eyechips (más abajo aparecerá una foto para recordar un poco el proceso) y la mayor parte de las pestañas (en el ojito izquierdo me quedaron algunos restos que se partieron y que no salieron de raíz con las pinzas...), encontramos la tercera diferencia entre las ADG y las Takara. Y esta diferencia es bastante más importante que las anteriores. Porque, si bien el pegamento entraña una mayor dificultad en el trabajo, lo que constatamos ahora fue que la calidad de las piezas de las ADG es bastante menor que la de las Takara. No tengo fotos, desgraciadamente, pero una vez quitamos los chips vimos que dentro de los ojitos la base blanca sobre la que se sostiene el ojo en muchos casos estaba rota y no estaba pegada a los eyechips, es decir, ya estaba rota antes. Me dio, por tanto, un poco de miedo poner los nuevos eyechips, por si el pegamento se salía por esos agujeros y se estropeaba el mecanismo, pero, por suerte, no hubo para tanto.Al igual que el scalp, compré los eyechips en Cool Cat. Compré dos planos y dos normales (con "setita", como yo digo).

En los que tienen "setita", lo ideal es pintarla de negro para que la pupila quede totalmente destacada. En la foto se aprecia bastante bien la diferencia y, en este tipo de ojos, con motivo floral, es espectacular cómo queda la pupila, pues parece el botón de la flor.
En cuanto a los eyechips planos, utilicé la plantilla de "chips realistas" que amablemente colgó Mimoko en su web. Ciertamente, el adjetivo de "realistas" les viene que ni pintado. Probé con varios colores (aunque mi idea inicial eran unos verdes y unos grises o azules, por lo que ya había elegido los eyechips verdes y grises) y al final elegí los que ya tenía en mente. Una vez recortados y pegados, el resultado es magnífico.
Y aquí es donde se ve, también, la foto que recuerda cómo sacar los eyechips. Nosotros calentamos el tubo de un boli bic hasta que se derrite y luego, al presionarlo contra el eyechip, los dos plásticos (en principio, porque con la ADG nos costó una barbaridad...) se funden y al tirar se saca el eyechip para poder colocar el nuevo.

En esta muñeca intenté hacer un importante trabajo de esculpido, ya que quería hacer algo más trabajado que con Geraldine y mucho más exagerado a la vista, puesto que, en cierto modo, mi idea era retratar los rasgos de una persona de raza negra. Por eso, aplané la naricilla respingona de las Blythe, intentando que acabara en una forma más redondeada, con aletas más separadas y pronunciadas también. Marqué más los agujeros de la nariz y, eso por cuestión estética nada más, agudicé la forma del lacrimal.

Pero el trabajo más importante se lo llevó la boca. Quería hacer unos labios gruesos y carnosos y, al mismo tiempo, que la boca estuviese entreabierta y enseñase los dientecillos. Fue un buen trabajo de limas y cutter de precisión, si bien, como no soy ninguna experta, el cutter se me escapó un par de veces y no hubo forma de tapar esas líneas después (al menos, yo no sabía cómo hacerlo...). De todos modos, mientras yo trabajaba con las limas, nadie a mi alrededor veía ni la forma de los labios ni los dientes que yo decía que tenía la muñeca. No sería hasta que estuvo totalmente pintada que sus rasgos tomaron forma del todo.
Respecto al color de la piel, ahí no fui yo la autora. Requerí la ayuda de una experta del aerógrafo pues creímos que con pincel se podría estropear totalmente el trabajo que ya llevaba hecho en la muñeca. Y con la pintura negra y marrón dimos con el color que yo buscaba, un marrón chocolate tirando a tostado.
Hasta que no estuvieron pintadas todas las partes de la cabeza y el cuerpo (acentuando el color dejando las plantas de los pies blancas), no me puse con la boca. Utilicé un marrón casi negro para delinear los labios y después lo fui aclarando para pintar los labios de fuera hacia adentro. Después, con un rosa muy claro, pinté la boca desde los dientes hacia afuera, hasta que el rosa y el marrón se hubieron mezclado perfectamente. Por último, con un pincel realmente fino, pinté los dos dientecillos.
El maquillaje de los párpados en este caso fue un dibujo de estrellitas y círculos blancos que después repasé en dorado (ya me habían avisado de que, si pintaba directamente en dorado, el color no destacaría sobre el marrón).Pero el maquillaje sobre una muñeca negra es bastante más sencillo que sobre una blanca, en el sentido de que no tuve que lijar la cara ni tampoco quitar el maquillaje que viene de fábrica (ahora se entrevé debajo de la pintura aerografiada, pero me gusta el efecto).

El paso final, el que convirtió a la muñeca en una niña de verdad (como en Pinocchio), fue el pelo.
Estaba demasiado cansada y también demasiado asustada como para coserle el pelo a la muñeca, así que opté por el camino fácil: una peluca. Pero la peluca era una verdadera locura. Había visto decenas en e-bay y nada me convencía; hice encuestas entre amigos, hice fotomontajes... Pero nada me daba la solución. Finalmente, ya que llevaba bastante dinero invertido (muñeca, scalp, eyechips...), fue el factor económico el que me hizo elegir. Cuando una de las pelucas que me gustaba salió a subasta, pujé por ella y me la llevé por casi la mitad de lo que costaba cualquier peluca.
No era mi peluca favorita porque era muy exagerada pero, después de un drástico corte de pelo, se convirtió en la peluca ideal. He de decir que el corte fue después de pegar la peluca en el scalp (que a su vez pegué sobre las dos mitades de la cabeza una vez que la muñeca estuvo totalmente montada, con el mecanismo de los ojos en su sitio y la cabeza atornillada), pues no quería cortar sin saber cómo estaba quedando.
Y, voilá, así es como Pow Wow Poncho pasó a ser nuestra pequeña Tabitha.

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