lunes, 22 de julio de 2013

El controvertido blog de moda

Desde el invento de la Wikipedia, se discute si la opinión de la masa puede convertirse en una opinión de referencia o si debería circunscribirse a su círculo más cercano. ¿Es Wikipedia un medio fiable? ¿Quién me garantiza que quien escribe sobre medicina sabe lo que escribe? ¿Escribe un médico o escribe mi vecino del quinto, que no acabó la EGB? ¿Escribe alguien que sabe para quién escribe o se trata de un médico que prácticamente transcribe su conocimiento técnico para que no tengamos que ir a una biblioteca física a consultar una enciclopedia pero que, en el fondo, no nos hace su saber más accesible?
Quizá también habría que cuestionarse quiénes somos nosotros como lectores. ¿Sabemos lo que leemos cuando leemos? ¿Estamos dispuestos a ahondar más en la información que recibimos? ¿A buscar fuentes alternativas? ¿A ser críticos con lo que se nos da como cierto? Porque no siempre podemos confiar en la información que encontramos en los medios convencionales o que difunden determinadas personas con prestigio. Porque hasta los historiadores, que deberían relatar hechos verídicos, cuentan la historia del vencedor o del vencido y, en algunos casos, se ha enmascarado la verdad, se han tapado atrocidades o se han vendido bondades de pueblos a conveniencia.

En este caso, me gustaría hablar de un tema que se está discutiendo bastante en internet en los últimos tiempos. Se trata de los blogs de moda y de la “presuntamente necesaria” profesionalización de los mismos.
Organizadas por el Museo del Traje, el año pasado se celebraron las que ya fueron las III Jornad@s de Blogs de Moda y que, siendo tal, como digo, el debate generado, se centraron en “las futuras tendencias en la profesionalización de los blogs, así como la forma de medir su impacto económico en su relación con las marcas”.
Aquí y aquí se puede ver un poco más sobre dichas jornadas.
 
Antes de empezar con el tema de la profesionalización, creo que es imprescindible una puntualización: no es lo mismo el blog de moda de una egoblogger que un blog de moda. Los primeros proliferan en la blogosfera como setas, mientras que los segundos, al menos yo, no suelo encontrarlos (son realmente escasos y, cuando los he encontrado, no suelen ser españoles).
Las egobloggers dedican sus blogs a ellas mismas (a veces sin ningún tipo de presuntuosidad, como es el caso de Mydailystyle, pero en otros… en fin, no quiero tampoco dar nombres ni criticar este tipo de actitudes porque olé por quienes hacen blogs totalmente ombliguistas y encima tienen miles de seguidores). En ellos muestran sus adquisiciones, sus combinaciones, sus modificaciones de modelos ya muy vistos, etc. Los hay con una vocación de ocio, claramente, y los hay también que tienden a mostrar una profesionalización cada vez mayor, en lo que a veces es un diario sobre un estilo de vida (moda, trabajos como modelo, etc.).
Los blogs de moda no se dedican a los estilismos de una persona, sino que hablan de temas más genéricos y a menudo más parecidos a lo que se muestra en las revistas de moda. Dos ejemplos que se me ocurren ahora mismo son Devilwearszara (que, con un tono bastante divertido, comenta las nuevas colecciones de las tiendas más asequibles de nuestros centros comerciales, las alfombras rojas y, sobre todo, lo que ha hecho único a este blog: los clones de las marcas menores a las marcas mayores) y The Coveted (un blog de una estadounidense – un poco parado por temas personales últimamente pero realmente interesante – que lucha precisamente por la profesionalización de los bloggers). Es aquí, quizá, donde debería “exigirse” algo más de profesionalidad.

Forma parte del debate también, sobre todo después de la guerra entre discográficas y piratas, si este aluvión de blogs no profesionales resta lectores a la prensa de moda y si es lícito que lo haga. No se trata exactamente del mismo caso, ya que los blogs son una iniciativa particular (egobloggers), sin ánimo de lucro la mayor parte de las veces, frente al trabajo de las revistas (que, mucho mejor que las discográficas, diría yo, se han adaptado al mundo de internet).
El problema es, en algunos casos, que no encontramos en las revistas de moda lo que buscamos: gente real (no modelos famélicas que aseguran que no hay nada mejor que un brownie de chocolate), ropa asequible (porque su idea del lowcost muchas veces es un pantalón a setenta euros), artículos interesantes (son contadas las revistas que hablan sobre viajes, política e incluso añaden alguna columna literaria a sus contenidos) e interés real por los lectores. Y ahí están lasegobloggers, para mostrarnos sus modelitos y dirigiéndose a los lectores sabiendo que son gente de carne y hueso, que está ahí, y nos tratan de “vosotros” y “tú”.
No obstante, cabe decir a este respecto que, cuantos más seguidores tiene un blog, cuanto más popular se hace e incluso, diría, más profesional (con secciones y horarios incluso), más cerca está de lo que no nos gusta: la ropa que se muestra deja de ser asequible y las egobloggers se convierten en anunciantes de aquello que visten.
Se ha criticado mucho el hecho de que los bloggers reciban regalos de las marcas, por haber hablado de ellas o para hablar de ellas. Es muy interesante el artículo de Vanitatis sobre este tema: “Ya se intuía, pero un reciente estudio lo certifica. Los bloggers de moda españoles reciben regalos de las marcas, las cuales 'pagan' sus reportajes e incluso les contratan a cambio de moldear sus informaciones”.“Así, parece que determinadas marcas han encontrado en la 'picaresca' su particular gallina de los huevos de oro, aprovechándose de la inexperiencia para publicitarse gratis”.
De este modo, nos encontramos con bloggers que hablan de su maravilloso bolso “hache-i-jota-ka” o que hablan de si les ha gustado o no una determinada prenda (más a menudo, lo hacen con cosméticos) que les ha enviado una marca. Los bloggers se suelen posicionar en estos casos: “me he comprado”, “me han regalado” (fans, otros blogs, una marca”) o “me han enviado para que os diga si me ha gustado”. En la mayor parte de los casos, al menos en los blogs que yo sigo, no dejan lugar a dudas sobre la procedencia de lo que enseñan. Por supuesto, nadie admitiría que está modificando una opinión porque le están pagando, pero los hay (como en todos los sectores, hablemos de moda u otros temas o hablemos de blogs u otras plataformas).
Creo también que toda esta crítica es matizable. Por un lado, vemos muy a menudo publi-reportajes en las revistas o a famosas hablando de las marcas que han creado. Lo primero está claro y no se engaña al lector. ¿Lo segundo es una entrevista o publicidad velada? En The Coveted se hablaba de este tema y de por qué se critica que los blogs reciban regalos o pagos (siempre que no haya engaño hacia al lector, claro está) y no que lo hagan las revistas; es una lástima que no consiga recuperar aquella entrada que se dedicaba al tema.
Parece ser que, precisamente en esa ingenuidad y no profesionalidad del blogger de moda está la causa de la crítica: se venden opiniones, las marcas se aprovechan y el resultado es bastante cuestionable.
Sin embargo, cuanto más profesional es el blogger, más financiación recibe y al mismo tiempo va ganando en credibilidad. Hace del blog una carrera y cobra por su trabajo, de modo que responde con responsabilidad y dedicación y las marcas ven en él una oportunidad de negocio (se equilibra más la relación entre ambos).
En Estados Unidos y en Francia ser blogger es una profesión como tal. Se puede leer aquí sobre el ello.
¿Para cuándo algo así en España? ¿Están preparados los autores de los blogs y estamos preparados los lectores también para ser más exigentes y para no consumir cualquier cosa?
Para leer un poco más sobre el tema, aquí está el enlace al Estudio de Blogs de Moda realizado en 2012 por Truendy en colaboración con la AEBDM.
Recomiendo también el artículo que dedican al tema en esta web aunque su discurso es bastante más duro que el mío.
“Basta con echar un vistazo a la inmensidad de fashionistas que usan su blog como plataforma para hacer crecer su autoestima y/o opinar sobre el sector como si de la mismísima Anna Wintour se tratara. Por supuesto, ¡es tan digno como admirable! pero la relación profesionalidad-influencia que estos blogs han llegado a conseguir roza en algunos casos la locura”.
“Es más que conocido el interés de las marcas de moda por tener presencia en los blogs, y es más que obvia la forma tan sencilla en que esas marcas pueden conseguir su objetivo con ciertos bloggers.En ese aspecto, Guerrero subrayaba la importancia de la educación/formación de bloggers, con el objetivo de que puedan mantener la libertad de opinión en sus publicaciones y de que adquieran conciencia de que las marcas son las descaradas “ganadoras” en los habituales intercambios de “especias” por publicaciones”.


* Edito: ¿y el caso Tavi Gevinson? ¿A la edad en que empezó a escribir sí sabía lo que escribía? ¿Lo hacía de forma profesional? He de decir que no he seguido su trayectoria, pero por todos es sabido que se enseguida se convirtió en una asidua de los front row e incluso amiga de muchos diseñadores.

lunes, 15 de julio de 2013

Hoy es 15 de julio… cumpleaños feliz…

Después de diseñar mis propias zapatillas y pintarlas a mano, creo que le voy a coger el gustillo a esto de pintar zapatillas (o incluso ropa: ¡ya tengo en mente muchas ideas!).
Sin embargo, quería hacer ahora algo un poco mejor en cuanto a calidad de los materiales utilizado. Primero porque las zapatillas iban a ser un regalo (felicidades, mi amor); segundo porque las zapatillas no me habían costado seis euros y no podía arriesgarme a estropearlas en el primer lavado.
Por ello, lo que hice fue pedir asesoramiento en una tienda de manualidades. Parece ser que aquel consejillo que me dieron respecto a los acrílicos (“no, no salen de la ropa”) no era del todo cierto. Vale, es posible que cuando te manchas la ropa de acrílico no puedas quitarla al 100%, pero pintar con acrílicos no te garantiza que el color permanezca igual que cuando lo pintaste ya que puede irse parte del dibujo.
En dicha tienda (muy cerquita de mi casa, por cierto, siguiendo con el tema de comprar en tiendas pequeñas y apoyar el comercio local) me informaron sobre las dos posibilidades que ellos tenían: la pintura de Americana y la de Setacolor. La primera marca, si bien ofrece una variedad enorme de tonalidades, está pensada para poder utilizarla como acrílico o como pintura para tela. Por ello, si se quiere utilizar como pintura para tela, hay que comprar un producto adicional y mezclarlo con la pintura. Para mí… demasiado trabajo. Respecto a Setacolor, tiene una gama de colores más limitada y, de hecho, en la tienda sólo vendían siete colores de la gama básica. Sin embargo, se puede aplicar directamente sobre la tela, sin ningún tipo de preparación previa y los colores son muy vivos (ideal para ropa para niños o, como era mi caso, para dibujos tipo manga o cartoon). En ambos casos, una vez seca la pintura, se debe planchar colocando un paño entre la tela pintada y la plancha para que se fije totalmente la pintura.
No tengo queja ninguna sobre la textura, color y aplicación de Setacolor. Mientras pintas te das cuenta de que la pintura se va impregnando en las fibras, lo que supongo que ayudará también a su fijación final. Y ahora queda, después de lavar, comprobar que no se pierde definición ni intensidad de los colores.
El motivo lo tenía claro desde un primer momento, ya que era un tema del que incluso habíamos hablado en casa hacía unos meses. Así que fue tan sencillo como imprimir varias imágenes en color para elegir el dibujo y poder conseguir el tono exacto. Elegida la imagen que iba a pintar, la dibujé en un folio en blanco y recorté la silueta. Esa silueta me sirvió para trazar la imagen sobre la zapatilla (mucho más sencillo que dibujar a mano alzada) y después empezar con los colores. Apliqué primero los bordes, negros, y luego rellené superficie por superficie. Para terminar, los detallitos de los dientes y de nuevo retocar los bordes negros, que en algunos puntos me había comido con la pintura de relleno. Secar, planchar… ¡y a regalar!
Ni qué decir tiene que las zapatillas número 46 han sido un éxito.