viernes, 22 de septiembre de 2017

Vuelo de grullas

La papiroflexia, arte para el que la Wikipedia hoy sólo reconoce el término de origami, es el arte de doblar papel y hacer con él figuras de todo tipo. Desde el barquito y el avión que aprendimos a hacer de pequeños (los más avezados se lanzaban a la pajarita o incluso a la rana) hasta las figuras más complicadas que se puedan imaginar.

Quizá se deba a que lo exótico vende más y a que el mundo de lo nipón y de la papelería está de moda (lo primero desde hace ya tiempo; el tema de la papelería ya se ha vuelto una fiebre a la que se han sumado hasta las tiendas de moda). Es posible. Pero me cuesta más desprenderme de la palabra "papiroflexia" de lo que me costó desprenderme de la palabra "insignia" (pin).

La cuestión es que las figuritas de papel son originales y perfectas para decorar.
Como idea, un pequeño ejercicio muy sencillo: recoger ramas de árbol (durante las podas se pueden encontrar fácilmente buenas ramas en cualquier ciudad) y hacer o comprar las figuritas que más nos gusten. En mi caso, dado que no soy muy buena en el tema y, sobre todo, porque quería infinidad de grullas pequeñas, las compré.


Me decidí por una tienda de Etsy, que vende grullas de papel desde Japón. Y el resultado fue genial. Llegaron a casa perfectamente plegadas; tan sólo tuve que desplegarlas, perforarlas con un alfiler y colgarlas de un hilo. De grulla en grulla y de rama en rama. A mí me parece un pequeño detalle perfecto, como en mi casa, para un rincón del salón. Pero también para un móvil en una habitación infantil, para colgar de una lámpara de la mesilla de noche... Las posibilidades son muchas.