domingo, 11 de febrero de 2018

Sobre William Morris


Este verano descubrí por pura casualidad el trabajo de William Morris.
Bicheando por Etsy en búsqueda de telas bonitas y originales para proyectos varios, topé de repente con unos diseños que me cautivaron (ya fuese en posavasos, estolas, manteles individuales, bolsos o cojines). De temática animal (mayoritariamente ornitológica) y vegetal, se trataba de dibujos de tramas repetitivas que eran perfectas, por ejemplo, para empapelar una habitación. Para ese uso, sin embargo, los tonos podían resultar algo oscuros, aunque he visto maravillas en comedores con papeles parecidos.
Tiempo después, supongo que con las pocas y tristes lluvias que nos dejó octubre, me lancé a la búsqueda de un paraguas, ya que los míos están ya para poco uso. Y, de nuevo, me topé con William Morris. Un poco al estilo de los paraguas que venden en el Museo Thyssen Bornemisza, originales y elegantes. Además, no muy caro (me pregunto ahora por qué no lo compré).

Y entonces me encontré, ya sí que sí, con dos artículos bastante extensos en dos revistas de muy diversa índole. ¿Será algún tipo de señal?
En la primera, una revista de decoración, hablaban de la exposición sobre William Morris en la Fundación Juan March.
En la segunda, una revista de moda, sobre la vida y obra de William Morris y también de la forma en que Loewe ha recuperado su trabajo para crear una serie de bolsos y complementos muy especial.
Dejándome llevar por ese espíritu de "comprar menos y mejor" y de "lo hecho a mano es único y vale su precio", caí en el sueño (totalmente falso) de poder adquirir un bolso de la colección de Loewe de esos que guardas siempre y que después se heredan. Pero me puede el soltar una gran cantidad de dinero por algo que, aunque sé que lo vale, podría ser sustituido por otras muchas cosas que necesitamos en casa. Y me puede más la realidad: que si estaba planteándome hacer un desembolso de 300 €, eso es lo que vale un llavero... Y que el bolso más sencillo cuesta lo que gano en un mes.

Si realmente Morris apostaba por la calidad pero también en hacerla asequible para el gran público, como comentaban en la revista, ¿tiene sentido que una marca del rango de precios en el que se mueve Loewe haga estos bolsos? Me resulta cuanto menos interesante. Al final también está el hecho de que muchos artesanos podrían realizar también un trabajo único y de calidad, pero seguramente a la hora de conseguir permisos y negociar cánones no tendrían la capacidad de Loewe.


Veamos lo que nos dicen en El Mundo:

"En su punto de mira de hombre renacentista se situaron los pilares de la época victoriana, esto es, un exceso de sensibilidad romántica, un estilo decorativo recargado y de dudoso gusto, el embate de una industrialización sin frenos y las desigualdades sociales que ésta trajo consigo. A todo ello se opuso con pasión Morris, que quiso cambiar el mundo en que vivió hasta el final. «El arte es la humanidad hecha oficio; el resto es esclavitud», decía este creador total que seguramente reconocería los mismos males de su tiempo en las fábricas y los cielos pestilentes de unas cuantas ciudades asiáticas de hoy."

"Según el director de la FJM, Javier Gomá, Morris y compañía lograron hallar «lo bello en los objetos cotidianos» y hacerlo accesible a «una mayoría (no minoría) selecta» en virtud de la dignificación de trabajo."

Pero es que a veces la intención original y lo que ocurre después pueden acabar siendo absolutamente contrarios:

"En el siglo XIX, la industrialización logró un abaratamiento y racionalización de la producción de bienes. Inglaterra se erigió como máxima potencia industrial. Al mismo tiempo un grupo de artistas abogaban por la vuelta a la artesanía con una visión artística y sin el uso de las máquinas. William Morris fue uno de ellos. Se propuso reinventar cada silla, cada mesa, cada cama…En el último tercio del siglo, Morris fundó talleres de trabajo en los que se diseñaba con un estilo propio y en los que perseguía “hacer pensar al obrero y trabajar al artista”. Sus ideales anti-industrialización impregnados de socialismo le condujeron irónicamente a una producción en masa, debido al éxito de sus diseños."