domingo, 8 de abril de 2018

XO Collections en el Nómada Market


En la última edición del Nómada Market en Madrid, tuve el placer de conocer el trabajo de XO Collections.


A pesar de que tenía mis reticencias a la hora de volver a este mercado dado que comparando con el que hicieron hace años en Chamartín el del Mercado de la Cebada dejaba mucho que desear, le di otra oportunidad y salí muy contenta.
Cuando cambiaron al Mercado de la Cebada se detectaron muchos problemas en la infraestructura y creo que se hicieron eco de ello porque recibieron bastantes críticas en Facebook e imagino que también por otros canales.
Yo veía dos grandes ventajas a este emplazamiento: primero, que no había que pagar ninguna entrada aunque fuese poco dinero y, segundo, que exponer en un mercado como al, en puestos con su mostrador, su toldillo, etc. le daba a todo un aire muy castizo y original.
Pero a veces lo que es un punto a favor se vuelve en tu contra. Y es que puede ser divertido exponer pendientes de  platería o gafas con montura de madera al lado de una pescadería con sus grotescos rapes, pero el olor puede convertirse en un problema que ni las tiendas de velas aromáticas te van a poder resolver.



Por suerte en la pasada edición eso se había arreglado. Imagino que a costa del aire acondicionado y del fresquito que pasamos allí, que no me quité la cazadora vaquera no un minuto y eso que este otoño ha sido especialmente benévolo.
Sin embargo, los vendedores no siempre estaban contentos. Se quejaban de que, frente al fresco que corría en los pasillos dentro de los locales tenían mucho calor; la posición era muy cansada y era complicado llegar al género o que los clientes se animasen porque no podían tocarlo (dependía mucho del mostrador que tuvieses). También se quejaban algunos vendedores de ropa porque, para poder exhibir sus percheros, la única forma posible era colocar sus puntos de venta en los pasillos. Las aglomeraciones eran importantes, sobre todo ante los puestos que estaban frente a un ascensor que además era el único punto por el que podían acceder al mercado los carritos de bebés.



Supongo que poco a poco le irán cogiendo el punto o que irán estudiando otros enclaves más prácticos a la vez que interesantes para no perder esa marca de mercadillo de diseño independiente.



Aún así, valió la pena por todas las experiencias que me llevé del día.




* Me compré unos pendientes de Lucía Labigornia con forma de cerilla muy particulares. Trabajados en acero quemado y con una pequeña bola de coral haciendo las veces de fósforo, llevan la tuerca a cierta altura sobre el palito. Así, el pendiente no cuelga de justo el agujero que llevas en el lóbulo y la caída es muy original.



* Comimos en Latina Turner. Un pequeño local muy cerquita del Mercado de la Cebada que nos llamó por su original nombre y por la comida, digamos fusión latina pero sin pretensiones. Tomamos papas arrugás con mojo y patacón frito con guacamole. Buenísimo y muy económico. Totalmente recomendable.



* Conocí XO Collections. Aunque he visto en Facebook que tienen varias colecciones y que sus diseños son muy variados, precisamente lo que más me llama es lo que llevaron al Nómada Market: blusas retro hechas hoy e inspiradas en los 80. Para el proyecto, seleccionan y compran telas de estampados muy ochenteros y también botones del mismo estilo (plástico, nácar, dorado...). Después, aplican patrones de los 80 (¿alguien recuerda el Burda?) y cosen ellas mismas las prendas. ¡Eso sí es trabajo artesanal! No hay dos blusas iguales; ni siquiera hacen una M y una L con el mismo estampado. Son perfectas para llevar con una mini, con unos pitillos o para acompañar una chaqueta perfecto. Son muy estilosas y, a pesar de haber crecido en los 80, doy fe de que una no se siente señora con ellas. No fui capaz de elegir una y, además, llevaba un vestido estampado que ayudaba poco... No obstante, sé que acabaré haciéndome con una de ellas. Se las puede contactar para acercarse a su showroom.

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